Una golondrina no hace verano

Luis Eduardo Enciso Canales.
“Una golondrina no hace Verano”. Frase que hasta el día de hoy se usa como adagio, que refiere a que una sola persona no lograra el cambio, ni por sí misma, ni por su sola presencia generara espontáneamente una transformación de la realidad. El verano se señala con la presencia de todas las golondrinas. Con la participación de todas las personas se establece un hecho general, colectivo, como las decisiones políticas.

El ciudadano común perdemos la pers- pectiva de las cosas cuando existen muchos distractores y si además existe desinformación, cortinas de humo, ataques mediáticos, etc. Es algo imperdonable que se siga fomentando esto como estrategia política por algunos partidos, ya que lesiona nuestra incipiente democracia, es un ataque a la madurez de los electores y en nada ayuda a transitar por los nuevos caminos de la regeneración social y política en nuestro país, los nuevos tiempos democráticos de reconocimiento de la diversidad y la pluralidad son impostergables en un país que día a día se trasforma.

En la crónica de una derrota anunciada, el pasado 3 de julio se dio cumplimiento a la sentencia de que una elección se gana con años de trabajo previo, se ratificó que el pueblo no se equivoca cuando se trata de sancionar a quienes sienten que les han dado la espalda en las responsabilidades que les confirieron como servidores públicos electos democráticamente, el senador con licencia Guillermo Anaya candidato perdedor en la contienda para gobernar Coahuila intentó burlarse del electorado al pretender reaparecer en el escenario político coahuilense tras una larga ausencia, y de intentar por medio de denostar a sus adversarios y con carretadas de dinero hacer verano fuera de temporada.

La factura les va a salir cara a la dirigencia del Partido Acción Nacional rumbo al 2012, ya que desde hoy podemos ver sin investigaciones profundas hacía donde se dirige la voluntad ciudadana luego de sentir en carne propia los estragos de los pobres resultados en materia social, económica, laboral, educativa y de desarrollo que se esperaba según las promesas que se cacarearon durante la campaña en donde dicho sea de paso Felipe Calderón pasó de panzazo en una decisión muy cuestionada y llena de dudas que hasta la fecha generan suspicacias, razones por las cuales hoy podemos analizar los resultados en el escenario nacional tras las elecciones en cuatro estados de la república los cuales son muy semejantes en lo porcentual y que bien sirve para medir lo que se pronostica para el próximo año.

Son aquellas pequeñas cosas las que hacen las grandes diferencias, es eso que la miopía política del panismo nacional no alcanza a ver desde que llegó a la alternancia por medio del voto ciudadano, se ha ido enconchando y parece que la ley de Murphy se ha convertido en la piedra en el zapato de los albiazules, flaco favor le hacen a la democracia al emitir ofertas políticas como la de, me voy a partir el alma , o de solucionar el problema de la violencia en 6 meses, son propuestas que en esencia sonaron huecas, sin contenido, sin propuesta de fondo, sin proyecto y lo más importante sin un trabajo previo que lo sustentara.

Al más puro estilo de Gabriel García Márquez, se pudo dibujar la figura de la derrota como en una de sus novelas, anticipadamente lo presuponían muchos aun sin ver las encuestas, algunos lo comentaban prudentemente en lo íntimo, otros para sí mismo y los más extrovertidos gritándolo a voz en pecho, pero en el ánimo general fuera de los análisis formales, la derrota del PAN el pasado domingo 3 de Julio toma a propios y extraños sin muchos sobresaltos, incluso las amenazas de tormenta y los nubarrones previos a los comicios presagiaron la llegada del invierno azul del panismo en pleno verano.